jueves, 24 de diciembre de 2009

Comunistas


Hay proyectos que sobre el papel lucen muy bien, pero que cuando se intenta realizarlos se convierten en estrepitosos fracasos. Peor aún es una doctrina en cuyos postulados no es necesario profundizar para darse cuenta de que llevarla a la práctica es imposible.
Es lo que pasa con la ideología que propugna el establecimiento de la dictadura del proletariado transitoria, que conducirá hacia una sociedad sin clases y sin propiedad privada de los medios de producción, tras la desaparición del Estado.

Porque la experiencia ha demostrado –y demuestra- que ni la intención de la dictadura es transitoria, sino perpetua; ni es del proletariado, sino de burócratas sobre el proletariado –ya lo dijo el ‘Che’: “La dictadura del proletariado se ejerce sobre el proletariado mismo”-; ni lleva a una sociedad sin clases.

En las dictaduras comunistas hay una clase privilegiada, formada por los burócratas, que lo tiene todo; otra, formada por deportistas de élite que actúan como medio de propaganda del régimen, que lo tiene casi todo –vi a la selección de boxeo de Cuba comiendo langosta y bebiendo Dom Pérignon-; mientras el pueblo solo tiene miseria.

Muchos idealistas han despertado de sus sueños y han buscado otros objetivos. Pero siempre quedan los obstinados utopistas que no admiten el fracaso de sus teorías. ¿Cómo es posible que todavía queden comunistas que pretenden dar lecciones de democracia? ¿Hay algún país con régimen comunista que sea una democracia? ¿Lo ha habido alguna vez? Evidentemente, no.

Todos los regímenes comunistas son o han sido las peores dictaduras. Afortunadamente, muchas de ellas se han desmoronado; siempre dejando sus secuelas de crímenes, represión, corrupción, atraso y miseria.

Eso lo asume cualquiera medianamente informado. Cualquiera menos los sectarios de la izquierda radical. Como uno que me llama intolerante, facha. Un extremista que, además, tiene la desvergüenza de acusarme de sadismo. Un individuo que se declara correligionario de sujetos como Stalin, Lenin, Mao Tse-Tung, Pol Pot, Kim II Sung, Ho Chi Minh, los Castro, Guevara y muchísimos otros; así como de organizaciones como las FARC, el ELN, el Frente Sandinista, Sendero Luminoso, etc., que albergan a criminales sanguinarios de la peor ralea. Todos ellos imbuidos por la ideología del marxismo-leninismo. Ideología de la que este sujeto alardea con los tan conocidos como trasnochados y ridículos gritos.

Señor Juan Matías:

De nuevo hace gala de su sectarismo cuando pretende cambiar la historia con eso de que la Guerra Civil fue entre intolerantes y demócratas. En la Guerra Civil Española -como en todas las guerras- hubo tanto intolerantes como demócratas en ambos bandos. ¿Quiénes eran “sus” demócratas? ¿Largo Caballero, Indalecio Prieto, Isidora Ibárruri –o Ibarruri-, Margarita Nelken, Santiago Carrillo, Serrano Poncela, Casares Quiroga, Ángel Galarza, Fernando Condés, Cuenca Estevas, entre muchos otros?

¿Quiénes fueron los responsables de la Insurrección de octubre de 1934 contra el Gobierno legítimo de centro-derecha; de las checas, las sacas, los paseos y los fusilamientos en Paracuellos del Jarama, Torrejón de Ardoz, Boadilla del Monte, Aravaca, etc.? ¿Quiénes amenazaron a Calvo Sotelo en las Cortes para luego sacarlo de su casa de madrugada, pasearlo, asesinarlo y dejarlo tirado en el cementerio? Ese acto, vil y cobarde, fue la chispa que hizo estallar el demasiado caldeado ambiente e iniciar la guerra.

Por cierto que sus tan admirados demócratas, en plena guerra, tenían claro el no volver al viejo parlamentarismo. Que sería imposible permitir el “libre juego” de los partidos tal como existía antes, ya que en ese caso la derecha podría conseguir nuevamente llegar al poder. Significaba que resultaba imperativo o una organización política de toda la izquierda unificada o una dictadura militar. No cabía ninguna otra salida. ¡Un ejemplo de demócratas!

Si he denunciado los asesinatos cometidos por criminales de la secta comunista, y no los de la derecha, es porque han sido, precisamente, comunistas –algunos de ellos, como siempre, militando en el PSOE- quienes últimamente han hecho propaganda de su fanatismo en los medios de comunicación, pretendiendo dar lecciones de democracia.

Sin embargo, habiendo leído varios artículos suyos y no compartiendo su ideología, nunca le había criticado. Ahora, me acusa de haberlo insultado. Además de recordarle que es usted quien se metió conmigo - manipulando lo que dije, con la clara intención de defender a su camarada Chávez-, le recomiendo que utilice el DRAE, donde las palabras están bien definidas y esas a las que se refiere no figuran como insultos; ni siquiera como despectivas, malsonantes o vulgares.

No hay otras palabras para calificar a quien manifiesta placer por no haberme conocido en Venezuela, lamenta encontrarme aquí y se despide “afectuosamente” de mí –nunca me despediría “afectuosamente” de quien me cae mal, porque no soy hipócrita; y no me venga con que utilizó la ironía, porque los recursos literarios se utilizan para otras cosas-; o a quien defiende a dictadores y alardea de formar parte de la secta –deje de escandalizarse por esta palabra, también está claramente definida en el DRAE- que albergó y alberga a gran parte de los más acérrimos dictadores y mayores asesinos de la historia y, encima, pretende darme lecciones de democracia.

Jamás he defendido a ningún dictador o asesino, porque, aunque tengo muchos defectos, tampoco soy cínico. Tampoco me he puesto etiqueta de secta política alguna, y no voy a permitir que ningún mequetrefe me la ponga.

No he negado a ningún político el derecho a intentar permanecer en el poder, siempre que sea por vías legales y democráticas. Pero no siga defendiendo a un déspota como Chávez, ni lo compare con Uribe; ni como persona, ni como político. Uribe es culto, educado y demócrata, jefe del Ejecutivo de un país en donde hay separación de poderes y controles al Ejecutivo.

Chávez es un paleto, provocador, golpista, responsable de la muerte de muchos venezolanos, y un dictador que viola continuamente la Constitución y maneja a su antojo todos los poderes del Estado sin escrúpulo alguno, pues humilla y les da órdenes a todos los títeres que fungen como “jefes” de los demás poderes públicamente, desde su programa de televisión.

Igualmente, le recomiendo que resuelva su cacao mental, pues el otro día hablaba de aviones C-7 y hoy habla de aviones C-2. El otro día le aclaraba a un comentarista que lo llamó venezolano, que su país es Canarias, recalcándole, airado: “Soy piñero, herreño y canario (le guste a usted o no, lo entienda o no)”. Hoy, con otra comentarista, alardea de: “… renunciar a ejercer cualquier derecho como venezolano…”. ¿En qué quedamos?

También, que un individuo de alcurnia, tan inteligente, tan premonitor, tan culto y tan sabio no debería cometer faltas de ortografía, puntuación o sintaxis. Por ello, le recomiendo que haga un curso de gramática. No necesita ir a hacerlo en USA.

Y no siga haciendo el ridículo con esos gritos trasnochados. Gritos que ya solo utilizan los sátrapas de la izquierda para enardecer a las masas, los adoctrinados que les hacen propaganda o los que padecen algún desequilibrio. Cosa que no me extrañaría, tras sus devaneos con sus nacionalidades.

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