domingo, 6 de diciembre de 2009

Artículo muy interesante para la izquierda Canaria domesticada.


A nadie se le escapa que la izquierda independentista canaria, históricamente, no ha estado a la altura de las circunstancias, en relación con la organización del movimiento de solidaridad con la causa saharaui. Excluido el CNC-MPAIAC, lo cierto es que gran parte de las organizaciones independentistas (desde la época del Frepic), han optado por hacer “mutis por el foro” en este asunto.

-Las razones para obviar una toma de posición clara y consecuente, a favor del derecho a la autodeterminación y la independencia del pueblo saharaui (derechos conculcados desde 1975 por la ocupación militar del territorio por parte del Reino marroquí), han sido de lo más variopintas, y pueden resumirse en lo siguiente: el aparato del Estado del Reino de Marruecos ha estado haciendo un trabajo de “zapa” dentro del movimiento independentista canario, al que ha logrado desorientar en este asunto, utilizando diferentes “argumentos”, entre los que cabe destacar razones de tipo etno-culturales, como es la defensa de la cultura amazigh, frente a un supuesto arabismo anti-bereber del Fpolisario. Como quiera que tal posición anti-saharaui no se puede sostener con base a una actitud de apoyo de una institución como es la Monarquía Alauita (cuya reivindicación arabista es fundamentalista –reivindica lazos de sangre directos con “el profeta”-), pues el Estado marroquí ha utilizado a tal fin a organizaciones “culturales” amazigh marroquíes (cuyas “críticas” a la Monarquía semi-feudal no ponen en cuestión de ninguna manera su pertenencia a la “nación marroquí”), que han establecido lazos estrechos con determinadas personalidades y sectores del independentismo, a quienes han subyugado, condicionando sus posiciones ante el conflicto saharaui.

¿Hace falta que te dé nombres y apellidos de supuestos “independentistas” canarios que, en realidad, actúan como verdaderos Agentes del Estado marroquí, hasta el punto de que poco hacen por ocultar su condición…?. Yo creo que no: aquí nos conocemos casi todos.

-Otro argumento recurrente del bloque anti-saharaui, consiste en exigir al Fpolisario un pronunciamiento político objetivamente imposible (dadas las condiciones en que se realiza su lucha), cual es que el apoyo explícito a la lucha por la liberación nacional del pueblo saharaui, se condiciona a un correlativo apoyo del Polisario a la lucha por la independencia de Canarias. Vamos a ver: ¿desde cuándo los revolucionarios condicionamos nuestro apoyo a las causas justas con base a tamañas exigencias?. ¿Le hemos exigido al PSUV de Hugo Chávez un pronunciamiento explícito a favor de la Independencia de Canarias, como “condición previa” para que obtenga nuestro apoyo en su lucha contra el imperialismo?. ¿Se lo hemos exigido al Partido Comunista de Cuba?...

Causa rubor y vergüenza ajena que, todavía hoy, algunos “independentistas” traten de “justificar” su posición anti-saharaui, con base a incidentes ocurridos hace muchos años, como fue el ametrallamiento del pesquero canario “El Junquito”; barco que (no lo olvidemos) se encontraba esquilmando unos caladeros que se encontraban en una zona de guerra (que se habían repartido ilegítimamente España y Marruecos, cuando se trataba de aguas pertenecientes a la nación saharaui), y embarcación que, por ende, faenaba bajo Bandera española (no canaria). Por si todo ello fuera poco, se sigue prestando nula credibilidad a la declaración del Polisario, que negó su vinculación con este acto luctuoso, y planteó que, lo más probable es que se tratara de una provocación del propio Reino de Marruecos, interesado en crear un estado de opinión anti-saharaui entre el pueblo canario (capaces de ello los creo).

-Me causa auténtica pena, en unos días como éstos, en los que una mujer como Aminetu Haidar está dando aldabonazos de dignidad en las puertas del mundo, comprobar que la respuesta de la izquierda independentista canaria está siendo, como mínimo tibia, por no decir fría, y hasta gélida, en un asunto que está convocando las conciencias solidarias de todos los pueblos del mundo. Una vez más compruebo (con auténtico bochorno), que la izquierda canaria sigue incurriendo en el viejo vicio (casi un endemismo político) de poner su nivel de compromiso e interés en relación directamente proporcional a la distancia en que se encuentran los problemas. Aquí, el confinamiento que sufren los palestinos en Gaza y Cisjordania obtiene reacciones más airadas de “izquierdistas” canarios, que el confinamiento a que se ve obligado desde hace 35 años gran parte de la población saharaui en los campos de refugiados del desierto. Aquí, las torturas y represión que sufren los hondureños, a miles de kilómetros de nuestra tierra, parecen más importantes que las graves violaciones de los derechos humanos que sufre la población saharaui en los territorios ocupados militarmente por Marruecos (que ocurren a pocos kilómetros de nuestras costas).

En fin, valgan estas reflexiones, por si sirven para dejar de obviar de una vez un debate que creo hay que hacer, indefectiblemente, porque soy de los que creo que una organización que admite (por activa o por pasiva) la opresión de otros pueblos, está objetivamente inhabilitada para conseguir la liberación del pueblo propio.

Un saludo.

Javier Díaz

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